Mi relación con el mundo de las dietas es algo particular. Es una de
esas relaciones en la vida que jamás olvidas porque ha estado
siempre activa. Es como los amigos que siempre están ahí y nunca
pierdes de vista, aunque pase el tiempo y no los veas a diario; sabes
que no tardarán en aparecer. Las dietas han estado siempre en mi
vida, aunque no de manera constante, en mi vida no ha habido un
período superior a 6 meses en el que no haya estado a dieta.
Supongo, que esto os habrá pasado y pienso ¿qué ocurre cuando ya
no sabes qué hacer, cuando ya estás aburrido de hacer siempre lo
mismo? Necesitas un cambio, y así me lo planteé yo. Necesito un
cambio, un cambio radical que me permita tener una relación con las
dietas como yo quiero.
Mi problema con el peso, es como el de muchas otras personas, y lo
refiero así porque no me cuesta encontrar personas a mi alrededor
que refieren los mismos problemas. Hago dieta, pierdo peso, llego a
mi peso ideal, dejo de hacerla, intento cuidarme y cuando me doy
cuenta; vuelvo a estar en el principio del círculo; tengo un problema.
Necesito perder peso de nuevo porque me descuidé y he recuperado
lo que perdí, o incluso más. Seguro que os veis reflejados, pues bien.
¡Esto seguro que tiene solución!
Un plan de vida, adaptado a nuestras necesidades será la clave para
conseguir nuestro peso ideal, sin padecer el efecto rebote y sin
darnos la sensación de que vivimos siempre a dieta; porque esto, es
un problema.
Vivir siempre a dieta no es posible, te desmotiva, te hace preguntarte
¿Por qué es tan injusta esta vida que yo trato de cuidarme y parece que
una manzana me engorda y mi amiga, mi vecina, o mi prima se come
cuatro donuts una tarde y está tan estupenda? Pues es que
desgraciadamente, y aunque nos empeñemos en lo contrario, las
personas somos diferentes. La igualdad, en muchos aspectos de la
vida es una mentira y por ello, debemos aceptar que somos
diferentes, con necesites distintas y debemos tratar de adaptarnos a
nuestras circunstancias, y eso hice yo.
Crear mi propio plan, y ponerlo a prueba y… ¡oye! funcionó. Funcionó
porque me conozco, he aceptado mis circunstancias, y he decidido
cambiarlas y eso es lo que tienes que hacer tú; entonces te darás
cuenta de que la vida no es tan injusta como parece, créeme.
Cuando me puse a escribir, me entró un subidón
impresionante. Voy a compartir mis ideas, mis trucos y consejos con
otras personas que los necesiten. Y eso te hace sentir bien, o por lo
menos a mí. No es que me considere la salvadora de las causas
perdidas, ni nada similar pero pienso siempre que “al que hace el
bien, el bien le viene” y por ello decidí compartir mi experiencia con
otras personas. Primero, a un nivel más particular lo que me
permitió descubrir errores, y fui mejorando mi plan, aprovechando
mis conocimientos del mundo de la nutrición, que me apasiona, al
igual que el de la cocina. Es por ello, que decidí apostar por ampliar
mi plan y hacerlo lo más completo posible, pero a la vez sencillo, que
contenga todas las pautas y estrategias bien explicadas para que todo
el mundo entienda el porqué de estas pautas que te llevarán a
cambiar tu cuerpo.
He de reconocer que soy una persona organizada, que me encanta
planificar todo en mi vida, por ello el plan es un tipo de agenda en la
que se te indica qué debes comer, qué ejercicios hacer, los trucos de
llevarlo a la práctica, cómo hacer la lista de la compra, etc, por ello es
un plan muy claro y conciso que no deja lugar a dudas, es como tu
plan de vida; tu agenda de trabajo.
Antes de empezar debo decirte que esta llamada al cambio, la debes
iniciar tú. Nadie debe dártela, porque tú eres el que debes decidir
cambiar tu rumbo hacia el mundo saludable que te permita estar en
la vida cómo y dónde quieres, haciéndote feliz y dando gracias a la
vida por cada oportunidad que te da para conseguir tus propósitos.
Esta es mi filosofía de vida, y es que la vida me dio un cuerpo sano,
joven, capaz de hacer cualquier cosa que me propusiera y yo no lo
estaba aprovechando. Es decir, yo misma corté mis alas, pero
también fui yo misma la que curé mis heridas para que volvieran a
crecer y me permitieran volar alto.